jueves, 17 de febrero de 2011

Autopsia #1

Nombre: James Dicklair
Edad: 28 
Lugar de nacimiento: Dumbwight
Causa de la muerte: ???

¿A caso era eso todo lo que sabíamos sobre él? No, todo el pueblo sabía que ese chico de piel pálida, cabellera negra hasta la espalda, un cuerpo delgado, tanto que parecía desnutrido y una mirada gris que reflejaba tu verdadero ser, no era normal.

Todo el pueblo le tenía como un loco, deambulaba por las calles a causa de su insomnio y en sus paseos nocturnos desaparecía en un callejón y de allí se le escuchaba gritar. Nadie bajó para ver que le sucedía. Nadie se atrevía a dirigir palabra a este chico.
Las quejas de la gente no cesaban, al oír cada noche esos escalofriantes gritos de dolor, pidiendo auxilio de tal manera que te hacía gritar en tu interior, intentando gritar tan fuerte que solamente te pudieses escuchar a ti mismo.

Cuando James llegó a la edad de 27 años el pueblo decidió darle un "susto" y se juntaron todo tipo de gente del pueblo, desde campesinos, artesanos, hasta los propios nobles y clérigos con armas varias (guadañas, cuchilos, navajas, etc.). El pueblo avanzaba dirección de la casa del joven y a medida que este se acercaba, el sol se ponía. Minutos más tarde el pueblo se escondió en los alrededores de la casa, el chico salió de la casa y se quedó inmóvil en el porche de la casa. Los campesinos iban cayendo uno tras otro en el suelo, mientras que los nobles y los clérigos miraban al joven atónitos... Ese joven, al que temían, tenía una luz en los ojos. La intensidad de la luz era tan descomunal que quien osaba mirar a los ojos de James veía su muerte. Un cura que rezaba, se levantó y se dirigió al joven y le dijo: "oh, joven mesías, conducidme su palacio, llevadme con vos".

El joven hizo una seña en la frente del clérigo y sonrió. El clérigo huyó y se volvió al pueblo a toda prisa con una palabra en la boca: "Gäarxalon". De repente el joven empezó a gritar de nuevo, unas alas plateadas se iluminaron en la espalda, la gente que vio este acontecimiento fue cegada por una luz de un color puro y despertaron en sus casas, sin saber bien que fue lo ocurrido esa misma noche. Menos una persona, el clérigo que salió corriendo.

Una año más tarde, para cuando el joven cumplió 28, el pueblo decidió ir y ofrendarle por la experiencia ocurrida un año antes. Esta vez iba todo el pueblo,  sin armas, con buena intención y llegaron a la hora en la que el muchacho salía a dar su paseo nocturno. Una chica de unos 6 años se acercó al chico y le  dejó delante de sus pies una cesta con frutas y hortalizas. El joven murmullaba algo que la niña no logró entender. La madre se acercó y preguntó: "¿Señor, que no es de su agrado?. El joven seguía murmullando. La madre lo escuchó y empezó a llorar. El joven levantó la cabeza, pero esta vez tenía los ojos de un color rojo sangre y gritó al pueblo:"¡Hipocresía, eso es lo que aquí sobra! No hace más de un año todos me tomabais por loco e incluso vinisteis a agredirme, pero ahora me venís con ofrendas... ¿Qué esperáis, que os perdone después de tantos años sufriendo a causa de vuestra poca humanidad? Pues no, esto debe acabar hoy. ¿Creéis que un árbol cuando muere no grita? Pues creed que yo puedo escuchar vuestros gritos humanos".
Todo el pueblo estaba asustado. James empezó a gritar y llorar sangre, cuando de su espalda empezó a salir sangre... salieron otra vez alas, pero esta vez eran distintas... la esperanza que antes emanaba desapareció y eran negras, también empezaron a sangrarle las piernas y los brazos. El chico gritó como siempre lo hacía en el callejón y acto seguido apareció una sombra que rodeó al chico. El chico, sostenido en el aire por la sombra balbuceó:"sa... san...gre...". 

La gente del pueblo que esa noche no fueron a ver al joven, se dirigieron a la casa de este, preocupados por la ausencia de la gente del pueblo. Esas personas, cuando llegaron a la casa del muchacho y vieron el panorama, se quedaron pálidos. Todo en aquel lugar era sangre, vísceras, miembros amputados a la perfección, una matanza en toda regla. Cuando se recuperaron un poco del acontecimiento que estaban viviendo, se adentraron en la casa. Allí estaba el joven, pálido y con una brecha abierta en el pecho. Estaba muerto, pero había algo extraño en el cuerpo, la sangre era negra y en la mano tenía una carta. 

"Cuando la hipocresía llama a tu puerta
y no tienes con qué recibirla,
no cometas estupideces:
MÁTALA,
no la dejes entrar en tu interior
y si un día te llama la consciencia,
piensa en que el único culpable eres tú
porque si reflejas aquello que la gente no quiere
esta irá en tu contra y entonces
 MÁTALA
pero por favor, quien lea esto
y yo ya no esté con vida,
quiero que sepa que ha cometido un error al entrar...
recuerda: Cuando cortas la cabeza a un lobo, ésta aún puede morder"




2 comentarios:

  1. In-Cre-Í-Ble.
    Iván, tienes un gran talento, me encanta como escribes, de verdad, una gran historia, gracias por dedicármela, es uno de los pocos textos/historias que me ha llegado de verdad, normalmente suelo ser muy "malo" ( ahora mismo no encuentro la palabra ) para seleccionar, libros historias y mas, pero esta, como la de tu novia, es una de las pocas que me gustaría seguir leyendo, y te pediré por favor ( Aunque me voy haciendo una idea de la respuesta ) que sigas escribiéndola, esta misma a partir de lo que ya tienes.

    Me ha encantado de verdad.
    Saludos.

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  2. Muy buena sí sí ^^
    Sabes que todo ser alado me pirra y este no sólo posee alas negras sino también plateadas, pero me he quedado con la curiosidad de saber qué es ¿El demonio? ¿Un demonio? ¿Un monstruo? ¿Un Dios? ¿O un ángel?

    Kisus~!

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